sábado, 28 de noviembre de 2009

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Espero q puedan ayudarles estos pasos para poder descargar archivos, alguna duda o preguntas escribir a maltez83@marlonmaltez.com

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sábado, 21 de noviembre de 2009

El Arrepentimiento Conduce al Perdon




Por el Pdte. Spencer W. Kimball
Adaptación dado a los alumnos de la Universidad de Brigham Young el 4 de mayo de 1954
Una Joven pareja toco a la puerta de la casa de su Obispo. Este, que estaba solo en casa, les invito a pasar. La voz gruesa y agradable del Joven era precisamente la que se espera de un joven Hombre alto y deportista como él.
Lo acompañaba una Hermosa Señorita de Cabellera Negra y brillante, figura esbelta y car agraciada. Una vez sentados todos, el joven empezó a hablar con voz baja y titubeante:
“Hemos Violado la ley de castidad. Estamos muy afligidos y pensamos que teníamos que acudir a Usted”
Después de un breve silencio, la señorita dijo: “Yo creía que jamás cometería este pecado. He escuchado en la iglesia que el besuqueo y las caricias impúdicas son pecados, pero no le di mucha importancia”.
El Obispo escuchaba sin interrumpir.
El Joven tomo de nuevo la palabra. Aquella vez que fuimos a la feria era una ocasión muy especial, pero fue el principio de nuestras dificultades. Cuando fui por ella aquel día, pensaba que no había ninguna mujer más dulce y más bella.
Después de pasear, nos quedamos un rato juntos antes de que ella entrara a su casa y empezamos a besarnos y a acarisiarnos……
El Arrepentimiento Comprende cinco pasos:
1.- Aflicción por el pecado
2.- Abandono del Pecado.
3.- Confesión del Pecado.
4.- Restitución por el Pecado
5.- Hacer la Voluntad del Señor.
Para leer mas y descargar este Folleto Publicado por la Iglesia En el Año 1994.

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lunes, 9 de noviembre de 2009

Cuidaos del Orgullo

 

La imagen “http://emp.byui.edu/ANDERSONKC/431readings_files/readings/Rel431ReadingFile.W2003/BornofGod_files/image001.jpg” no puede mostrarse, porque contiene errores.Estos dias han sido algo pesados, por lo cual, estoy un poco detenido en el trabajo de pasar las conferencias generales que se muchos están esperando. A modo de disculpa, les ofrezco uno de los grandes tesoros que se encuentran en ellas, las palabras de Ezra Taft Benson en uno de los discursos mas inspirados, claros, potentes y necesarios para nuestros tiempos, para cada uno de nosotros: “Cuidaos del Orgullo”.
No voy a introducir mas de que se trata, solo les pido a cada uno, que lo lean y luego, lo meditemos y apliquemos en nuestras vidas.
Como nota final, quiero hacer notar de que este discurso se dio en una sesion de sabado por la mañana en 1989, me pongo a pensar, quizas cuantos discursos asi de importantes me he perdido por tomar en general solo la conferencia en dia domingo…


CUIDAOS DEL ORGULLO
por el presidente Ezra Taft Benson
Presidente de la Iglesia
“El orgullo es el pecado universal, el gran vicio . . . El orgullo es la gran Piedra de tropiezo de Sión.”
Mis amados hermanos, me regocijo de estar con vosotros en otra gloriosa conferencia general de la Iglesia. Cuan agradecido estoy por el amor, las oraciones y el servicio de los devotos miembros de la Iglesia que hay en todo el mundo.
Quisiera elogiar a los santos fieles que están esforzándose por inundar la tierra con el Libro de Mormón y absorber sus enseñanzas ellos mismos. No sólo debemos sacar a luz, de manera extraordinaria, mas ejemplares de este libro, sino que debemos hacer penetrar en nuestra propia vida y en toda la tierra mas de sus maravillosos mensajes.
Este libro sagrado se escribió para nosotros, para nuestros días. Debemos aplicar sus enseñanzas a nosotros mismos (véase I Nefi 19:23).
Doctrina y Convenios nos dice que el Libro de Mormón es el registro de ”un pueblo caído” (véase D. y C. 20:9). ¿Y por que cayó ese pueblo? Ese es uno de los mensajes principales del Libro de Mormón. Mormón mismo da la respuesta en los últimos capítulos del libro con estas palabras:
“He aquí, el orgullo de esta nación, o sea el pueblo de los nefitas, ha sido la causa de su destrucción a menos que se arrepientan.” (Moroni 8:27.)
Y luego, no sea que podamos perder el significativo mensaje del Libro de Mormón que nos legó ese pueblo caído, el Señor nos advierte en Doctrina y Convenios: ”Cuidaos del orgullo, no sea que lleguéis a ser como los nefitas de la antigüedad” (D. y C. 38:39).
Sinceramente deseo la ayuda de vuestra fe y vuestras oraciones al tratar de aclarar este mensaje del Libro de Mormón sobre el pecado del orgullo. Este es un mensaje que he tenido pesándome sobre el alma durante algún tiempo ya. Sé que el Señor quiere que os lo comunique ahora a vosotros.
En el concilio preterrenal, fue el orgullo lo que hizo caer a Lucifer, el hijo de la mañana (véase 2 Nefi 24:12-15; D. y C. 76:25-27; Moisés 4:3). Al llegar el fin de este mundo, cuando Dios purifique la tierra con fuego, los orgullosos serán quemados como estopa y los mansos heredaran la tierra (véase 3 Nefi 12:5, 25: 1; D. y C. 29:9; JS-H I :37; Malaquías 4:1).
En Doctrina y Convenios el Señor emplea tres veces la frase ”cuídate del orgullo”, y hace una advertencia a propósito de él al segundo élder de la Iglesia, Oliverio Cowdery, y a Emma Smith, esposa del Profeta (D. y C. 23: 1; véase también 25: 14; 38:39).
El orgullo es un pecado muy mal interpretado y muchos pecan en la ignorancia (véase Mosíah 3:11; 3 Nefi 6: 18). En las Escrituras no hay nada que hable de un orgullo justo, sino que siempre se considera un pecado. Por lo tanto, sea cual sea la forma en que el mundo emplee la palabra, nosotros debemos entender la forma en que Dios la emplea para poder comprender el lenguaje de las Sagradas Escrituras y sacar provecho de ellas (véase 2 Nefi 4: 15; Mosíah 1:3-7; Alma 5:61).
La mayoría de nosotros piensa en el orgullo como egotismo, vanidad, jactancia, arrogancia o altivez; aunque todos estos son elementos que forman parte de ese pecado, su núcleo no esta en ellos.
La característica principal del orgullo es la enemistad: enemistad hacia Dios y enemistad hacia nuestros semejantes. Enemistad significa ”aversión, odio, resentimiento” u oposición. Es el poder por el cual Satanás desea dominarnos.
El orgullo en su naturaleza fomenta la competencia. Oponemos nuestra voluntad a la de Dios. Cuando lo hacemos blanco a Él de nuestro orgullo, es con la actitud de decir: “Que se haga mi voluntad y no la tuya”. Como dijo Pablo, “todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús’ ‘ (Filipenses 2:21).
Nuestra voluntad en competencia con la de Dios deja que nuestros deseos, apetitos y pasiones corran desenfrenados (véase Alma 38:12; 3 Nefi 12:30).
Los orgullosos no pueden aceptar que la autoridad de Dios de dirección a su vida (véase Helamán 12:6). Ellos oponen sus percepciones de la verdad contra el conocimiento omnisciente de Dios, su capacidad contra el poder del Sacerdocio de Dios, sus propios logros contra las obras grandiosas de Él.
Nuestra enemistad contra Dios puede ir marcada con etiquetas variadas, como la rebelión, la dureza de corazón, la dureza de cerviz, la impiedad, la vanidad, la facilidad para ofenderse y el deseo de recibir señales. Los orgullosos quieren que Dios este de acuerdo con ellos; pero no tienen interés en cambiar de opinión para que la suya este de acuerdo con la de Dios.
Otro aspecto importante de este pecado tan prevaleciente es la enemistad hacia nuestros semejantes. Diariamente nos vemos tentados a elevarnos por encima de los demás y disminuirlos a ellos (véase Helamán 6: 17; D. y C. 58:41).
Los orgullosos hacen de toda persona su adversario oponiendo a los demás su intelecto, opiniones, trabajos, posesiones, talento y otros valores mundanos. Según las palabras de C. S. Lewis: ”El orgullo no encuentra placer en poseer algo, sino en poseerlo en mayor cantidad que el vecino. . . Lo que nos enorgullece es la comparación, el placer de colocarnos por encima de los demás. Una vez que desaparece el elemento de competencia, el orgullo deja de existir.” (Mere Christianity, Nueva York: Macmillan, 1952, págs. 109-1 10.)
En el concilio preterrenal, Lucifer presentó su propuesta en competencia con el plan del Padre, por el que Jesús abogaba (véase Moisés 4: 13). Lucifer quería recibir honor por encima de todos los demás (véase 2 Nefi 24:13). En resumen, su orgulloso deseo era destronar a Dios (véase D. y C. 29:36; 76:28).
Las Escrituras están repletas de evidencias de las graves consecuencias que trae el pecado del orgullo al hombre individualmente o en grupos, a las ciudades y las naciones. ”Antes del quebrantamiento es [el orgullo]” (Proverbios 16:18). Eso fue lo que destruyó a la nación nefita y a la ciudad de Sodoma (véase Moroni 8:27; Ezequiel 16:49-50).
Por el orgullo Cristo fue crucificado. Los fariseos estaban irritados porque Jesús proclamaba ser cl Hijo de Dios, lo cual ponía en peligro la posición de ellos, y por eso tramaron su muerte (véase Juan 11:53).
Saúl se convirtió en enemigo de David por causa del orgullo. Estaba celoso porque la multitud de las mujeres de Israel cantaban diciendo: ”Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles” (I Samuel 18 6-8).
Los orgullosos temen mas al juicio de los hombres que al juicio de Dios (véase D. y C. 3:6-7; 30: 1-2; 60:2). La idea ”Que pensaran los demás” pesa mas para ellos que la de “Que pensara Dios de mí”.
El rey Noé estaba a punto de liberar al profeta Abinadí, pero sus malvados sacerdotes apelaron a su orgullo y esto envió a Abinadí a la hoguera (véase Mosíah 17:11-12). Herodes se entristeció ante la exigencia de su esposa de que le cortara la cabeza a Juan el Bautista; pero su orgulloso deseo de quedar bien ante los ojos “de los que estaban con él a la mesa” le hizo mandar matar a Juan (Mateo 14:9; véase también Marcos 6:26).
El temor de los juicios de los hombres se manifiesta en la competencia que tiene lugar por lograr la aprobación de los demás. Los orgullosos aman “mas la gloria de los hombres que la gloria de Dios” (Juan 12:42-43). El pecado se manifiesta en los motivos que tenemos para hacer lo que hacemos. Jesus dijo que Él hacia siempre lo que le agradaba al Padre (véase Juan 8:29). ¿No seria mejor que nuestro motivo fuera agradar a Dios en lugar de tratar de colocarnos por encima de nuestros hermanos y tratar de superarlos?
A algunos orgullosos no les preocupa tanto que su salario sea suficiente para sus necesidades como que sea mayor de lo que ganan otros. Hallan su recompensa en estar un poquito por encima de los demás. Esta es la enemistad del orgullo.
Cuando el orgullo se apodera de nuestro corazón, perdemos nuestra independencia del mundo y entregamos nuestra libertad al cautiverio de los juicios humanos. La voz del mundo resuena mas fuerte que los susurros del Espíritu Santo. El razonamiento de los hombres triunfa sobre las revelaciones de Dios y los orgullosos se sueltan de la barra de hierro (véase 1 Nefi 8:19-28; 11:25; 15:23-24).
El orgullo es un pecado que se puede observar fácilmente en los demás, pero que raramente admitimos en nosotros mismos. La mayoría de nosotros lo considera un pecado de los que están en la cumbre, como los ricos y los eruditos, mirándonos a nosotros “por encima del hombro” (véase 2 Nefi 9:42). Sin embargo, hay una dolencia mucho más común entre nosotros, y es la del orgullo de los que están abajo mirando hacia arriba; este se manifiesta de diversas formas, como la critica, el chisme, la calumnia, la murmuración, la pretensión de gastar mas de lo que tenemos, la envidia, la codicia, la supresión de la gratitud y el elogio que podrían elevar a otro, y el rencor y los celos.
La desobediencia es esencialmente una lucha orgullosa por el poder en contra de alguien que tiene autoridad sobre nosotros. Puede tratarse de los padres, de un líder del sacerdocio, de un maestro y hasta de Dios. El orgulloso aborrece la idea de que haya alguien que este por encima de él, pues piensa que esto rebaja su propia posición.
El egoísmo es uno de los aspectos más comunes del orgullo. “La forma en que todo me afecta a mí” es la idea central de lo que es importante para la persona: el orgullo de quien es, la autocompasión, el interés por la fama del mundo, la gratificación de los deseos personales y de los propios intereses.
El orgullo da como resultado combinaciones secretas que se establecen para lograr poder, “riquezas y la gloria del mundo” (véase Helamán 7:5; Eter 8:9, 16, 22-23; Moisés 5:31). Este fruto del pecado del orgullo, es decir, las combinaciones secretas, destruyó a las civilizaciones de los jareditas y los nefitas, y ha sido y será todavía la causa de la caída de muchas naciones (véase Eter 8: 18-25).
Otro aspecto del orgullo es la contención. Las discusiones acaloradas, las peleas, el dominio injusto, las grandes brechas entre las generaciones, el divorcio, el abuso de cónyuges, los tumultos y disturbios, todos encajan en esta categoría del orgullo.
La contención en la familia aleja de ella al Espíritu del Señor; también aparta a muchas personas de su familia. Su expresión varia desde una palabra hostil hasta los conflictos mundiales. Las Escrituras nos dicen que ”[el orgullo] concebirá contienda” (Proverbios 13: 10; véase también 28:25).
Las Escrituras testifican que los orgullosos se ofenden fácilmente y guardan rencor por las ofensas (véase 1 Nefi 16: 1-3). Se niegan a perdonar a fin de mantener a la otra persona en el papel de deudor y de justificar sus malos sentimientos.
El orgulloso no acepta mansamente los consejos ni la corrección (véase Proverbios 15:10; Amós 5:10). Se pone a la defensiva para justificar sus debilidades y sus faltas (véase Mateo 3:9; Juan 6:30-59).
El orgulloso depende del mundo para que le diga si vale algo o no. Su autoestima se determina según el lugar en que se le juzgue en la escala del éxito mundano. Se considera de valor si la cantidad de personas que están por debajo de él en logros, talento, belleza o intelecto es bastante grande. El orgullo es muy malo. Su concepto es: ”Si tu tienes éxito, yo soy un fracaso”.
Si amamos a Dios, hacemos su voluntad y tememos su juicio mas que el del hombre, sentiremos autoestima.
El orgullo es un pecado condenatorio en todo el sentido de la palabra y limita o detiene el progreso (véase Alma 12:10-11). El orgulloso no es maleable de enseñar (véase 1 Nefi 15:3, 7: 11); no cambia su manera de pensar para aceptar la verdad, porque eso implicaría que ha estado equivocado.
El orgullo afecta todas nuestras relaciones: la que tenemos con Dios y sus siervos, la de marido y mujer, de padres e hijos, de patrón y empleado, de maestro y alumno, y de toda la humanidad. Según el nivel a que este nuestro orgullo, así trataremos a Dios y a nuestros hermanos. Cristo quiere elevarnos a su propia altura. ¿Deseamos nosotros lo mismo para nuestros semejantes?
El orgullo apaga nuestro sentido de que descendemos de Dios y que todos somos hermanos; nos separa y divide en clases, de acuerdo con nuestras “riquezas” y nuestras oportunidades de educación académica (véase 3 Nefi 6: 12). La unidad es imposible entre un pueblo orgulloso, y a menos que seamos uno, no somos del Señor (véase Mosíah 18:21; D. y C. 38:27, 105:2-4; Moisés 7:18).
Pensad en lo que nos ha costado el orgullo en el pasado y en el precio que pagamos por el ahora, nosotros mismos, nuestra familia, la Iglesia.
Pensad en el arrepentimiento que existiría con un cambio en la vida de las personas, con matrimonios sólidos, con hogares fuertes si el orgullo no nos impidiera confesar nuestros pecados y abandonarlos (véase D. y C. 58:43). , Pensad en los muchos miembros de la Iglesia que son menos activos porque han sido ofendidos y su orgullo no les permite perdonar ni sentarse a comer a la mesa del Señor.
Pensad en las decenas de miles de jóvenes y de matrimonios que podrían estar en misiones si no fuera por el orgullo que les impide entregar por completo su corazón a Dios (véase Alma 10:6; Helamán 3:34 35).
Pensad en cuanto aumentaría la obra del templo si fuera más importante dedicarnos a ese servicio sagrado que a los diversos intereses vanos que nos roban el tiempo.
El orgullo nos afecta a todos, en momentos diferentes y con distinta intensidad. En esto se puede ver por que el edificio que estaba en el sueño de Lehi y que representaba ”el orgullo del mundo” era “vasto y espacioso” y se reunieron en el grandes multitudes (véase I Nefi 8:26, 33; 11:35-36).
El orgullo es el pecado universal, el gran vicio. Si, es el pecado universal, el gran vicio.
Su antídoto es la humildad, la mansedumbre, la docilidad (véase Alma 7:23). Es el corazón quebrantado y el espíritu contrito (véase 3 Nefi 9 20, 12- 19; 1) y C 20:37, 59:8; Salmos 34:18; Isaías 57: 15, 66:2). Como lo expresó tan acertadamente Rudyard Kipling en un himno:

“Huecos los gritos y el clamor,
los reyes vano poder son.
Este sacrificio quiere el Señor:
un contrito y humilde corazón.
“Dios de las huestes, gran Jehová,
no nos permitas olvidar,
no nos permitas olvidar.”
(Traducción libre. Véase “Dios de nuestros padres”, Himnos, 113.)

Dios quiere un pueblo humilde. Podemos elegir entre ser humildes por decisión propia o porque se nos obligue a serlo. Alma dijo: “Benditos son aquellos que se humillan sin ser obligados a ser humildes” (Alma 32: 16). Por lo tanto, tomemos la decisión de ser humildes.
Podemos ser humildes venciendo la enemistad hacia nuestros hermanos, amándolos como a nosotros mismos y elevándolos hasta nuestra altura o por encima de nosotros (véase D. y C. 38:24; 81:5; 84:106).
Podemos ser humildes aceptando los consejos y las amonestaciones que se nos dan (véase Jacob 4:10; Helamán 15:3; D. y C.63:55, 101:4-5, 108:1; 124:61, 84; 136:31; Proverbios 9:8).
Podemos ser humildes perdonando a aquellos que nos hayan ofendido (vea 3 Nefi 13: 11, 14; D y C 64: 10).
Podemos ser humildes sirviendo con abnegación (véase Mosíah 3:16-17).
Podemos ser humildes cumpliendo misiones y predicando la palabra que hará humildes también a otras personas (véase Alma 4:19; 31 :35; 48:20).
Podemos ser humildes asistiendo con mas frecuencia al templo.
Podemos ser humildes confesando y abandonando nuestros pecados y naciendo nuevamente de Dios (véase D. y C. 58:43; Mosíah 27:25-26; Alma 5:7-14, 49).
Podemos ser humildes amando a Dios, sometiendo nuestra voluntad a la suya y dándole a Él el lugar de prioridad en nuestra vida (véase 3 Nefi 11: 11, 13:33; Moroni 10:32).
Tomemos la decisión de ser humildes. Podemos hacerlo; yo sé que podemos.
Mis queridos hermanos, debemos prepararnos para redimir a Sión. Lo que nos impidió establecer a Sión en los días del profeta José Smith fue principalmente el pecado del orgullo. Y este mismo pecado fue lo que puso fin al cumplimiento de la ley de consagración entre los nefitas (véase 4 Nefi 1:24-25).
El orgullo es la gran piedra de tropiezo para Sión. Repito, el orgullo es la gran piedra de tropiezo para Sión.
Debemos limpiar lo interior del vaso venciendo el orgullo (véase Alma 2 4; Mateo 23:25-26).
Debemos someternos “al influjo del Espíritu Santo”, despojarnos “del hombre natural” orgulloso, convertirnos en santos por medio de ”la expiación de Cristo el Señor” y volvernos como niños: sumisos, mansos, humildes (véase Mosíah 3:19; véase también Alma 13:28).
Que podamos hacerlo así y seguir adelante cumpliendo nuestro destino divino, es mi ferviente oración, en el nombre de Jesucristo. Amén.

BATALLONES PERDIDOS

por el élder Thomas S. Monson (del Consejo de los Doce)

http://cumorah.org/wi/tsmonson.jpg
El pasado mes de noviembre estuve sobre un viejo puente que se extiende sobre el río Somme que sigue su constante pero sereno recorrido por el corazón de Francia. De pronto, me di cuenta de que cincuenta y dos años habían pasado desde que en 1918 se firmó el Armisticio y el fin de la Gran Guerra. Traté de imaginarme cómo sería el río Somme cincuenta y dos años atrás. ¿Cuántos miles de soldados habrían cruzado este mismo puente? Algunos habían vuelto; para otros, el Somme fue verdaderamente un río que no volverían a ver, porque las batallas de Vimy Ridge, Armentieres y Nueve Chappelle tomaron un espantoso número de vidas. Extensas hectáreas llenas de cruces limpias y blancas, sirven como un recuerdo inolvidable.
Me encontré diciéndome suavemente: “Qué extraño que la guerra traiga consigo el salvajismo del combate, y no obstante, inspire hazañas de valor, algunas de ellas impulsadas por el amor.”
Cuando era niño, me gustaba leer la historia del “batallón perdido”, una unidad de la 77a. División de Infantería durante la Primera Guerra Mundial. Durante la batalla francesa del Meuse-Argonne, un mayor del ejército dirigió a este batallón a través de una brecha en las líneas enemigas pero a las tropas de los costados les fue imposible avanzar. El batallón entero se vio rodeado; los alimentos y el agua eran escasos; las víctimas no podían ser evacuadas, y los ataques eran constantes. Ignoraron las peticiones del enemigo en las que les solicitaba que se rindieran; los periódicos alababan la tenacidad del batallón, y los hombres de visión dudaban de su suerte. Después de un breve pero desesperado período de aislamiento total, otras unidades de la 77a. División avanzaron y ayudaron al “batallón perdido”. En sus avisos, los corresponsales indicaron que las fuerzas de relevo parecían estar determinadas en una cruzada de amor para rescatar a sus camaradas. Los hombres se ofrecieron voluntariamente, lucharon más heroicamente y murieron con más valentía. Un tributo muy apropiado resalta del antiguo sermón predicado años atrás en el Monte de los Olivos: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).
En el olvido ha quedado el estado del “batallón perdido.” Se ha olvidado el terrible precio que se pagó por su rescate; pero volvamos de lo pasado e inspeccionemos lo presente. ¿Existen “batallones perdidos” aún en la actualidad? Si es así, ¿cuál es nuestra responsabilidad para rescatarlos? Tal vez sus miembros no vistan ropas militares, ni marchen al compás de los tambores, pero comparten la misma duda, sienten la misma desesperación y saben las desilusiones que acarrea el aislamiento.
Existen los “batallones perdidos” de aquellos que tienen impedimentos físicos, aun los cojos, los mudos y los ciegos. ¿Habéis experimentado la frustración de desear pero no saber cómo ayudar al individuo que camina rígidamente detrás de su lazarillo, o avanza con pasos cautelosos al compás de su blanco cayado? Hay muchos que están perdidos en estos desiertos de oscuridad.

Si deseáis ver una operación de rescate de un “batallón perdido”, visitad el centro para ciegos que se encuentra en vuestra ciudad, y presenciad el servicio desinteresado de aquellos que leen para los que pueden hacerlo. Observad los oficios que se les enseñan a estas personas; sentios inspirados por los esfuerzos que se llevan a cabo a fin de capacitarlos para asegurarles un buen empleo.
Aquellos que contribuyen tan desinteresadamente y en forma tan generosa a los que han perdido tan trágicamente, encuentran una gran recompensa en la luz que introducen a las vidas de los ciegos.
¿Apreciamos el gozo de una persona ciega a medida que sus ágiles dedos pasan rápidamente sobre las páginas de la edición Braille del Nuevo Testamento? Se detiene en el capítulo 12 de Juan, y reflexiona en la profundidad del significado de la promesa del Príncipe de Paz: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas”(Juan 12:46).
Considerad los “batallones perdidos” de los ancianos, las viudas y los enfermos. Muy a menudo se encuentran éstos en los desolados y abrasadores desiertos del aislamiento, llamados soledad. Cuando la juventud se desvanece, la salud se desmejora, cuando el vigor disminuye y la luz de la esperanza se va obscureciendo, los miembros de estos extensos “batallones perdidos” pueden recibir socorro y apoyo de la mano que brinda ayuda, y el corazón que conoce la compasión.
Una de las ramas de la Iglesia ubicada en Brooklyn, Nueva York, está presidida actualmente por un joven que, cuando tenía trece años de edad, efectuó con éxito un rescate de tales personas . El y sus compañeros vivían en una vecindad donde residían muchas viudas ancianas de medios económicos limitados. Durante todo el año, los muchachos habían ahorrado y hecho planes para realizar una animada fiesta de Navidad, pero pensaban únicamente en sí mismos, hasta que el espíritu navideño los inspiró a pensar en otras personas. Frank, siendo su director, les sugirió a sus compañeros que los fondos que habían acumulado tan cuidadosamente no se utilizaran para la fiesta que habían planeado, sino que mejor se usaran para el beneficio de tres ancianitas que vivían juntas.
Con el entusiasma de una nueva aventura, los jóvenes compraron la gallina más grande que encontraron, patatas, verduras, fruta, y todos los demás ingredientes que acompañan a un tradicional banquete navideño. Se dirigieron a la casa de las viudas llevando consigo sus regalos de gran valor. Caminaron por entre la nieve, hasta que llegaron al portal medio caído; llamaron a la puerta, escucharon el sonido de los delicados pasos, y por fin se presentaron.
Con las voces desentonadas, características de los niños de tres años, entonaron “Noche de luz, noche de paz; reina ya gran solaz.” Después hicieron entrega de sus regalos. Los ángeles de aquella noche gloriosa no cantaron más hermosamente, ni los reyes magos presentaron regalos de mayor significado. Contemplé el rostro de estas maravillosas mujeres y pensé: “La madre de alguien.” Luego miré los semblantes de esos nobles jóvenes, y pensé: “El hijo de alguien”
¿Cuál fue el mensaje del Maestro? “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos… a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40).
Hay otros “batallones perdidos” integrados por padres e hijos quienes, a causa de un comentario descuidado, se han alejado el uno del otro. Un relato de la manera en que previno una tragedia, es este incidente que ocurrió en la vida de un joven al que llamaremos Jack.
Durante su vida, Jack y su padre tuvieron discusiones muy serias. Un día, cuando el hijo tenía diecisiete años de edad, tuvieron una violenta disputa y él le dijo a su padre: “¡Hasta aquí llegó! Me voy, nunca volveré.” Y mientras lo decía, se introdujo en la casa empezó a empacar sus cosas; su madre le rogó que se quedara, pero él estaba demasiado enojado para escuchar, de modo que la dejó llorando frente a la puerta.
Atravesó el jardín, y estaba por salir, cuando escuchó el ‘llamado de su padre: “Jack, sé que gran parte de la culpa porque te vas de la casa la tengo yo, y por esto estoy verdaderamente arrepentido. Pero quiero que sepas que si algún día deseas regresar, siempre serás bienvenido; y prometo que trataré de ser un mejor padre para ti. Quiero que sepas que siempre te querré.” Jack no dijo nada, sino que se dirigió a la terminal de autobuses y compró un boleto para ir a un punto distante. Al encontrarse sentado en el ómnibus, viajando kilómetros y kilómetros, comenzó a reflexionar en las palabras de su padre y empezó a darse cuenta del mucho amor que le habría requerido hacer lo que había hecho. Su padre le había pedido una disculpa; lo había invitado a volver, y en la brisa veraniega repicaban las palabras: “Te querré”.
Fue entonces que Jack se dio cuenta de que el siguiente paso dependía de él. Sabía que la única manera de estar en paz consigo mismo, era demostrándole a su padre la misma clase de madurez, bondad y amor que éste le había mostrado. Decidió bajar del ómnibus y comprar un boleto de regreso a su casa.
Arribó un poco después de la medianoche, entró a la casa y encendió la luz. Allí, en una mecedora, y con la cabeza entre las manos, estaba su padre. Al enderezarse vio a Jack, se levantó de la silla y ambos corrieron para abrazarse. Después de eso, Jack dijo a menudo: “Esos últimos años que estuve en casa, fueron los más felices de mi vida.”
Podríamos decir que de la noche a la mañana, un joven se transformó en hombre. He aquí un padre que ocultando sus pasiones y su orgullo, rescató a su hijo antes de que éste formase parte de ese gran “batallón perdido” que resulta de familias desunidas y hogares destrozados. El amor fue el lazo de unión, el bálsamo curativo. El amor muchas veces sentido, pero pocas veces expresado.
Desde el Monte Sinaí resuenan en nuestros oídos “honra a tu padre y a tu madre” (Exodo 20:12). Y después, del mismo Dios, escuchamos la amonestación: “. . . viviréis juntos en amor” (D. y C. 42:45). Hay otros “batallones perdidos” algunos luchan en las selvas del pecado, otros andan errantes en el desierto de la ignorancia. En realidad, cada uno de nosotros está incluido en lo que bien podría haber sido el batallón perdido de la humanidad, aun un batallón destinado a la muerte eterna.
“… la muerte entró por un hombre… Porque así como en Adán todos mueren” (1 Corintios 15:21-22). Cada uno de nosotros es partícipe de la experiencia llamada muerte; nadie se escapa de ella. Si permaneciésemos sin ser rescatados, continuaría perdido el paraíso que buscamos, quedaría perdida la familia que amamos y los amigos que recordamos. Dándonos cuenta de esta verdad, empezamos a apreciar el gozo supremo que acompañó al nacimiento del Salvador del mundo. Cuán gloriosas las palabras del ángel: He aquí, una virgen “dará a luz un hijo, y llamará su nombre JESUS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
Así como los ríos de Francia fueron testigos del avance de aquellos que rescataron al “batallón perdido” durante la Primera Guerra Mundial, también otro río presenció el comienzo del ministerio formal de un rescatador universal, un Redentor divino. La escritura registra: “Y vino una voz de los cielos que decía; Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia” (Marcos 1:11).
Hoy, solamente quedan ruinas de Capernaum, esa ciudad a orillas del lago, y corazón del ministerio galileo del Salvador. Allí predicó en las sinagogas, enseñó a orillas del mar y sanó en los hogares.
En una memorable ocasión, Jesús (Lucas 4:18) usó un texto de Isaías: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel” (Isaías 61:1), una clara promulgación de un plan divino para rescatar al “batallón perdido” al cual pertenecemos.
Pero la predicación de Jesús en Galilea había sido únicamente un preludio. El Hijo del Hombre siempre tuvo una terrible cita que cumplir en un monte llamado Gólgota.
Habiendo sido arrestado en el Jardín de Getsemaní después de la Ultima Cena, desertado por sus discípulos, escupido, probado y humillado, Jesús se dirigió vacilante, bajo su pesada cruz, hacia el Calvario. Pasó progresivamente del triunfo a la traición, la tortura y la muerte sobre la cruz… Nuestro Padre Celestial dio a su Hijo por nosotros; nuestro Hermano Mayor dio su vida por nosotros.
El Maestro pudo haberse arrepentido en el último momento, pero no lo hizo. Soportó todas las cosas a fin de salvar todas las cosas: la raza humana, la tierra y toda la vida que en ella hay.
Ningunas palabras cristianas significan tanto para mí como aquellas pronunciadas por el ángel a la sollozante María Magdalena y a la otra María cuando se acercaban a la tumba para cuidar el cuerpo del Señor: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado” (Locas 24:5-6).
Con esta declaración, el “batallón perdido” de la humanidad, aquellos que han vivido y muerto, aquellos que ahora viven y que un día morirán, y aquellos que están todavía por nacer y por morir, este batallón de humanos que se encontraba perdido, acababa de ser rescatado.
De Aquél que nos libró de la muerte eterna, os testifico que es un Maestro de verdad; pero es más que un maestro, es el ejemplo de la vida perfecta; pero es más que un ejemplo, es el gran médico; pero es más que un médico. Aquel que rescató al “batallón perdido” de la humanidad, es el Salvador literal del mundo, el Hijo de Dios, el Príncipe de Paz, el Santo de Israel, aun el Señor resucitado, que declaró: “Soy el principio y el fin; soy el que vive, el que fue muerto; soy vuestro abogado con el Padre” (DyC 110: 41.)
Como su testigo, os testifico que vive. En el nombre de Jesucristo. Amén.
Ser MADRES

Un mes atrás le avisaron a mi esposa que tenia un discurso el 31 de mayo. Como toda buena mujer lo acepto y quizo preparalo con anticipacion y trabajar en el.
Anoche me pregunto si queria leerlo, le conteste que no, que preferia escucharlo en la sacramental y hoy en la sacramental escuche el discurso de mi esposa desde el corazón. Pude sentir, al igual que muchos hermanos (como ellos me lo comentaron) la importancia de ser madre.
Se que este discurso tocara sus corazones, compartenlo, regalenlo, sientanlo.


Desde niña soñé con casarme y ser madre, en mi época de las M.M.J.J. aprendí el valor y la importancia de prepararse para la maternidad y de adquirir la mayor educación posible antes del matrimonio. Intenté seguir ese patrón lo mejor que pude. Casi como si hubiese sido planificado me casé a los meses de haber terminado la universidad a los meses de habernos casado ya estábamos esperando a nuestro primer bebe. Cuando recibí la noticia de que estaba embarazada, sentí que estallaría de felicidad, me sentía tan preparada para lo que venía. Pensaba que estaba un poco más preparada que otras mujeres gracias a la preparación académica que había recibido.
Una vez nacida Rafaela, en casa ya, comprendí que no se trataba sólo de conocimiento, la maternidad implicaba mucho más, implicaba una responsabilidad enorme. Cada vez que la alzaba en mis brazos, comprendía en una ínfima parte la grandeza de Dios, y pesaba sobre mí la responsabilidad de educar a mi hija a la manera que Dios desea que la eduque. Me sentí absolutamente incapaz de lograrlo, pensaba… ¿Cómo lograré que este ser perfecto vuelva a la presencia del Padre? ¿Cómo yo con todas mis imperfecciones haré que ella logre la perfección?
Durante las siguientes dos semanas mis inseguridades permanecían, de pronto me vi arrodillada rogándole al Padre que me ayudara, que me dijera si iba bien o estaba fallando. Fue entonces que sentí… Tranquila, tú sabes qué hacer… Desde ese día siempre he sabido exactamente qué ocurre con mi hija,  se esfumaron las dudas y las inseguridades…
El Presidente Hinckley en un discurso a la sociedad de Socorro dio el siguiente desafío:
“Levántense, hijas de Sión, acepten el gran reto que tienen ante ustedes”
Con esas palabras el Presidente nos pide que nosotras las mujeres de la Iglesia nos elevemos por encima de las mujeres del mundo y magnifiquemos nuestro llamamiento divino de ser madres. Porque nosotras somos mujeres de convenio.
Vivimos en una sociedad donde el ser Madre a tiempo completo es visto como una pérdida de tiempo. Hay quienes piensan que el estar en casa dedicada a las labores del hogar nos impide desarrollarnos intelectualmente. 
Una de mis escritoras favoritas, es Isabel Allende y en su libro Inés del Alma mía ella hace una reflexión en cuanto a la maternidad: 
Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales, que terminar los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse delgada.

Parece ser, también que la crianza y educación de los hijos hoy en día ha sido delegada a otras personas, como familiares cercanos, las nanas o los profesores. Incluso dentro de la Iglesia hay quienes piensan que las enseñanzas del Evangelio la deben otorgar los líderes y los maestros de las clases.

En el artículo, “La Familia: una Proclamación para el Mundo” al finalizar el sexto párrafo se nos dice que:
Los esposos y las esposas, madres y padres, serán responsables ante Dios del cumplimiento de estas obligaciones.”

Nosotras las mujeres de la iglesia tenemos un cometido divino, el cual es fundamental para nuestra exaltación y salvación personal, así como también lo es para la exaltación de nuestras familias
Somos nosotras las mujeres a quienes el Presidente Kimball se refería cuando dijo
“El ser una mujer recta en cualquier época es algo glorioso. El ser una mujer recta en los últimos tiempos, antes de la segunda venida de nuestro Salvador es un llamamiento especialmente noble. La fortaleza y la influencia de una mujer recta hoy en día pueden valer diez veces más que en tiempos tranquilos. A ella se le ha puesto aquí para ayudar, enriquecer, proteger y resguardar el hogar, lo cual es la institución más básica y noble de la sociedad. ”

En una oportunidad se le preguntó a una mujer que tenía un huerto magnífico ¿Cuál es su secreto? Su respuesta fue muy sencilla: “Estoy cerca del huerto todos los días, aún cuando no me es conveniente. Mientras estoy allí, busco pequeñas señas de posibles problemas, como hierbas, insectos y condiciones del terreno que son lo suficientemente sencillos de corregir cuando se hace a tiempo, pero que pueden volverse abrumadores si se dejan.” 
Al igual que el huerto de esta mujer, se requiere tiempo, todo el que sea necesario para lograr una familia celestial. El éxito en nuestras labores como madres depende del uso eficaz del tiempo que tenemos. 
Un proverbio dice: mejores son los frutos que el oro. 
Hermanas, en realidad los frutos del tiempo dedicado al beneficio de la familia son mejores que el oro. Yo no cambio por nada el ver a mi hija crecer, ver como adquiere destreza con su cuerpo, cómo perfecciona sus movimientos, como balbucea y grita, sus carcajadas y sonrisas por cosas simples. Comprendo también que a medida que crece la tarea se vuelve más complicada, pero los frutos de nuestros sacrificios como madres dedicadas y abnegadas al hogar serán más dulces que cualquier mermelada que podamos probar. Tengo plena convicción de eso. 
El dedicar tiempo a los hijos es el mejor regalo que nosotras les podamos dar.
Quizás en más de una ocasión tengamos que abandonar algunas tareas a fin de dedicar tiempo a lo que más importa, nuestros hijos. 
Encontré algunos consejos que jamás había escuchado, quizás ustedes sí. 
Uno de ellos dice: 
“La limpieza de la casa tendrá que esperar, porque los bebes crecen, se podrán imaginar; mañana podré sacudir y trapear ahora al bebe voy a arrullar.”
Otra muy buena dice: 
“Limpiar la casa con niños pequeños, es como palear nieve mientras sigue nevando.” 
Es ahora que debemos dedicar tiempo y magnificar nuestro llamamiento de ser madres, debemos enseñar a nuestros hijos la doctrina del Evangelio y también vivirla. 
Hay una canción de una cantante chilena que dice:” Siempre hay tiempo”, sin embargo en lo que respecta a la crianza de los hijos, no siempre hay tiempo como para volver a hacer las cosas que no hicimos antes con ellos, los niños crecen, y existen ciertos aspectos en la vida de nuestros hijos en los que jamás vamos a poder volver a influir. 
Es ahora que como madres debemos aprovechar de enseñar valores eternos a los miembros de nuestra familia. 
Debemos apoyar y animar a nuestros esposos en la planificación, organización y realización de la noche de hogar, la oración familiar, el estudio de las escrituras como familia. 
Debemos ser ejemplo de servicio sincero a nuestros familiares y amigos. De ese modo estaremos enseñando a nuestros hijos la importancia de amarse mutuamente, amar a otros y disfrutar del ser serviciales.


Hermanas dediquemos tiempo para estar cerca de nuestra familia. Al igual que la mujer del huerto examinémoslo cada día, aún cuando no nos sea conveniente. Busquemos bajo oración las señales de posibles problemas y corrijámoslo a tiempo para que no nos atormenten. 
La hermana Virginia Jensen en una oportunidad dijo a las madres:

“No hay nada mejor que puedan hacer con su tiempo para las eternidades. Puede ser pegajoso y sucio, pero cuando la madurez  de sus enseñanzas y de su amor es dulce, no importa lo pegajoso o sucio que haya sido, estarán contentas de haber envasado esos duraznos”

 No permitamos que los desafíos de la maternidad, el agotamiento físico y emocional o incluso las dudas que nos sobrevengan con respecto a nuestras responsabilidades como madres nos lleven a devaluar el sagrado llamamiento divino de ser madres en Sión. 
Nosotras somos quienes debemos poner fin al paradigma de que el ser madre no es un trabajo, pues lo es, y no sólo implica cuidar niños, cambiar pañales, sino que implica criar lo cual incluye las tareas del hogar como cocinar, lavar la ropa, los platos mantener el hogar lo más ordenado posible, debemos además ser líderes en el hogar junto con nuestros esposos, debemos ser maestras durante las noches de hogar, durante las comidas, en las reuniones de la iglesia o en otras reuniones, somos administradoras del tiempo que tenemos, del dinero con el que contamos, de los alimentos que debemos consumir, etc. Eso entre otras cosas incluye el trabajo en el hogar, trabajo que por cierto tiene un sueldo intangible. 
En una ocasión se le preguntó a Napoleón Bonaparte cuál era la necesidad más grande de Francia, y él contestó con una sola palabra: “MADRES” 
Si Napoleón consideró que Francia necesitaba Madres, cuánto más requerirá el reino de Dios de nosotras las Madres de Sión. 
El Padre confía en nosotras…En Indonesia hay unas aves que se llaman Maleo, son muy exóticas y privilegiadas porque viven en una playa exclusivamente para ellas. 
Lo curioso de estas aves además de sus peculiaridades físicas es que se dice que son las Peores Madres del Mundo, porque una vez que ponen sus huevos ellas cavan un pozo profundo en las arenas volcánicas de la playa donde habitan, depositan sus huevos y luego de eso se retiran dejando allí sus huevos para que sean incubados por el calor del sol. Una vez que los huevos se rompen las crías se esconden en el bosque, son totalmente independientes aprenden a volar solos, deben buscar su propio alimento y además deben defenderse de los depredadores que los asechan como las serpientes, lagartos, cerdos y gatos. 
Hoy en día nuestros hijos se enfrentan a depredadores más peligrosos que los que deben enfrentar las crías de los maleo. Los depredadores a los que nuestros hijos están expuestos pueden conducirlos a la muerte espiritual. No permitamos que nuestros hijos queden abandonados en el bosque, cuidemos de nuestro huerto familiar.
Como dijo la hermana Beck: “Las Madres Santos de los Últimos Días debemos ser las mejores en el mundo en defender, cuidar y proteger la familia.” 
Aprovechemos el tiempo que tenemos hoy de disfrutar de nuestras familias, de amar a nuestros hijos, de servirles y enseñarles lo que es correcto. 
Sé que el Padre anhela tenernos a todos de regreso con Él. 
En el nombre de Jesucristo. Amén.
La Ley de Castidad

Cuando converso con algunos amigos, les comento que en mi opinión una de las grandes fuentes de caida de los santos de los ultimos dias lo constituye la mediocridad santa y la falta a la ley de castidad. El agrega el orgullo, tema con el cual estoy de acuerdo, sin embargo, como un joven me doy cuenta que la gran causa de caida de los jovenes de Sion esta siendo la ley de castidad.
Como misionero regresado, pude ver en muchos hogares los daños que produce la falta de seguimiento de esta ley en la gente del mundo, y entre los miembros de la iglesia. Hogares y matrimonios destruido, odio entre personas que se querían, hijos condenados a vivir fuera de un hogar constituido, frustración, suciedad física y espiritual, falta de valores, etc etc, son pocas las cosas que puedo nombrar que son directamente asociadas a la falta de la ley de castidad.
Inclusive, doctrinalmente para nosotros los santos (aunque igual corre para todo el mundo) el tema es muy sencillo: no existe ninguna posibilidad de entrar al reino de los cielos con las manchas asociadas al romper esta ley. De hecho, las escrituras hablan directamente de que el lugar de los fornicarios e impuros sera directamente el fuego eterno, es decir, el reino telestial. No me cabe duda de que la mayor parte de quienes ganen el telestial hubiesen pensado que eran mejores personas de lo que fueron, sin embargo, seran doblegados por haber roto esta ley.
Podemos mentir, podemos ocultarlo, podemos inclusive dejar de practicarlo, pero ninguna de esas cosas son substitutos del arrepentimiento, la unica forma de ser limpios de este pecado mortal, mortal por que nos condenara a no lograr la vida eterna.
Me causa tristeza darme cuenta como estan las cosas en Sion. Entre los jovenes de nuestras estacas y barrios se da la imagen de santos, sin embargo, siento que el problema de la castidad, y aun mas, fornicación, esta a flor de piel oculto. En comunidades suds de internet, paginas hechas para compartir entre los santos de los ultimos dias fieles a nuestra fe, me causa una pena enorme el saber que muchos de sus integrantes han caido a propósito en ella y no han dejado el pecado. Al final, a mi me da lo mismo si caen o no caen, es cosa de ustedes, cada uno vive su vida, sin embargo, me causa una gran pena sentir que el relativismo ha llegado a nosotros siendo que muchos parecen minimizar su caída “arrepintiéndose” en forma liviana y simplemente perdiendo toda posibilidad a su galardón celestial. En vez de ser una comunidad cristiana que sigue los principios de la verdad restaurada, aveces no siento una gran diferencia entre nuestras acciones con las del mundo, excepto, que nosotros las ocultamos.
Elder Benson habló al respecto muchas veces, como casi cada presidente de la iglesia. No voy a poner a los duros como JFSmith o SWKimball, por que, quizás seria aun mas fuerte, pero elder Benson es claro, y lo que dice el, es totalmente cierto.


LA LEY DE CASTIDAD
Por Ezra Taft Benson
Discurso pronunciado en la Universidad Brigham Young,
el 13 de octubre de 1987

LO MÁS QUERIDO Y PRECIADO

Queridos hermanos y hermanas, qué gran placer es contemplar esta congregación. Valoro muchísimo el poder de rectitud que colectivamente representan. En esta dispensación, el Señor reiteró el mandamiento que dio en Sinaí cuando dijo: “…no cometerás adulterio… ni harás ninguna cosa semejante” (D. y C. 59:6; cursiva agregada). Desde el principio del mundo, el Señor ha establecido una clara e inequívoca norma de pureza sexual. Siempre ha sido así, lo es ahora y lo será siempre. Esa norma es la ley de castidad, la cual es igual para todos; es la misma para hombres y mujeres; es la misma para jóvenes y viejos, y es la misma para ricos y pobres. En el Libro de Mormón, el profeta Jacob nos dice que el Señor se deleita en la castidad de Sus hijos (véase Jacob 2:28). ¿Escuchan eso, mis hermanos y hermanas? El Señor no sólo se siente complacido cuando somos castos; Él se deleita en la castidad. Mormón le enseñó lo mismo a su hijo Moroni, cuando escribió que la castidad y la virtud son “más caro y precioso que todas las cosas” (Moroni 9:9). Mis queridos hermanos y hermanas, la ley de castidad es un principio que tiene un significado eterno. No nos dejemos influir por las muchas voces del mundo. Debemos escuchar la voz del Señor y luego tomar la determinación de que nos plantaremos irrevocablemente en el camino que Él nos ha trazado. SE RECOGEN LAS CONSECUENCIAS El mundo ya está comenzando a recoger las consecuencias del abandono de las normas de moralidad. Sólo como un ejemplo, hace poco el ministro del Departamento de Salud Pública de los Estados Unidos advirtió que si no se encuentra rápidamente una cura para el SIDA, esa enfermedad se podría convertir en una epidemia mundial que “empequeñecerá las calamidades médicas anteriores, tales como la plaga negra [de cólera y bubónica durante la Edad Media], la viruela y el tifus” (“HHS Chief Says AIDS Will Dwarf the Plague”, Salt Lake Tribune, 30 de enero de 1987, pág. A–1). Mientras el mundo busca soluciones para esta enfermedad, que comenzó principalmente a través de la tan extendida homosexualidad, la gente busca en todos lados menos en la ley del Señor. Existen numerosas agencias, tanto públicas como privadas, que tratan de combatir el SIDA; tratan de aumentar los fondos para la investigación; auspician programas de educación e información; proponen leyes destinadas a proteger al inocente contra el contagio; establecen programas de tratamiento para los que ya se encuentren infectados. Todos ellos son programas necesarios e importantes y alabamos esos esfuerzos; pero, ¿por qué es que raramente escuchamos a alguien pedir que se vuelva a la castidad, suplicar por un cometido a la virtud y a la fidelidad? Reconozco que la mayoría de las personas caen en el pecado sexual en un intento por satisfacer las necesidades humanas básicas. Todos necesitamos sentir que se nos ama y se nos valora; todos buscamos dicha y felicidad en nuestra vida. Al saber eso, Satanás muchas veces tienta con engaños a las personas para que cometan inmoralidades, utilizando como señuelo las necesidades básicas de ellas. Él les promete placer, felicidad y plenitud. Pero eso, por supuesto, es un engaño. Como el autor de Proverbios dijo: “Mas el que comete  adulterio es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace” (Proverbios 6:32). Samuel el Lamanita enseñó lo mismo cuando expresó: “…habéis buscado la felicidad cometiendo iniquidades, lo cual es contrario a la naturaleza de [la] justicia” (Helamán 13:38). Alma lo dijo en forma más sencilla: “…la maldad nunca fue felicidad” (Alma 41:10).
No se dejen engañar por las mentiras de Satanás. En la inmoralidad no existe felicidad perdurable. La dicha no se encuentra quebrantando la ley de castidad, sino todo lo contrario; puede ser que por un momento se disfrute del placer, que parezca que todo es maravilloso; pero, muy pronto, esa relación se volverá amarga; vienen entonces la culpabilidad y la vergüenza. Nos da miedo de que nuestros pecados se descubran; andamos a hurtadillas, escondiéndonos, mintiendo y engañando; el amor comienza a morir; la amargura, los celos, la ira y aún el odio comienzan a surgir. Todos ellos son los resultados naturales del pecado y de la  transgresión. Por otro lado, al obedecer la ley de castidad y al mantenernos moralmente puros,  experimentaremos las bendiciones del aumento del amor y de la paz, una mayor confianza y respeto por  nuestro cónyuge, un cometido más firme del uno por el otro y, por lo tanto, un significativo y profundo  sentimiento de dicha y felicidad. No debemos permitir que se nos engañe en el sentido de que se nos haga   pensar que esos pecados son insignificantes o que las consecuencias no son tan  graves. Una de las declaraciones más solemnes acerca de la falta de castidad es la que Alma dio a su hijo Coriantón; él le dijo: “¿No sabes tú, hijo mío, que estas cosas son una abominación a los ojos del Señor; sí, más abominables que todos los pecados, salvo el derramar sangre inocente o el negar al Espíritu Santo? (Alma 39:5; cursiva  agregada). Muy pocos de nosotros seremos alguna vez culpables de asesinato o de pecar en contra del Espíritu Santo; sin embargo, la ley de castidad se quebranta con gran frecuencia, aun cuando es tan grave a los ojos del Señor como esos otros pecados.
Mis queridos hermanos y hermanas, ¿estamos viviendo de acuerdo con esos pasajes de las Escrituras? ¿Comprendemos claramente la gravedad de los pecados sexuales? ¿Hacemos hincapié constantemente en las bendiciones que se reciben al obedecer esa ley? Lo vuelvo a decir, como lo han hecho todos los profetas que  me antecedieron, que hay sólo una norma de virtud y castidad, y se espera que todos se adhieran a ella. Lo que el Señor dice a uno lo dice a todos. “Y debéis practicar la virtud y la santidad delante de mí constantemente” (D. y C. 46:33). SEIS PASOS PARA PREPARARSE Y PREVENIRSE Hay un antiguo dicho que declara: “Más vale prepararse y prevenir que reparar y arrepentirse [o sea, ‘más vale prevenir que curar o lamentar’]. Cuán cierto es eso en lo que respecta a la ley de castidad. La primera estrategia de defensa para mantenernos moralmente puros es prepararnos para resistir la tentación y evitar caer en el pecado. Para quienes sean puros y castos, doy seis pasos de preparación y prevención, pasos que  asegurarán que nunca caerán en esta transgresión:

1. Decidan ser castos ahora. La decisión de ser castos y virtuosos sólo se debe tomar una vez. Tomen esa decisión ahora y permitan que sea tan firme y con una convicción tan profunda que nada la hará vacilar. No esperen hasta que ambos estén solos en un automóvil estacionado o en una situación comprometedora para decidir ser castos. ¡Decídanlo ahora!

2. Controlen sus pensamientos. Nadie cae en la inmoralidad en un instante. Las primeras semillas de la inmoralidad se siembran siempre en la mente. Cuando permitimos que nuestros pensamientos divaguen en el terreno de lo lascivo e inmoral, hemos dado el primer paso en el camino que lleva a la inmoralidad. Especialmente les advierto acerca de las maldades de la pornografía. Una y otra vez escuchamos a aquellos  que han caído en pecados graves decir que muchas veces el primer paso que dieron en la senda que los llevó  a la transgresión comenzó con los materiales pornográficos. El Salvador enseñó que aun cuando un hombre  mira a una mujer para codiciarla, o en otras palabras, cuando permite que sus pensamientos empiecen a  perder el control, él ya ha cometido adulterio con ella en su corazón (véase Mateo 5:28, D. y C. 63:16).

3. Oren siempre a fin de recibir el poder para resistir la tentación. La tentación nos llegará a todos; tomará diversas formas y se aparecerá disfrazada de muchas maneras, pero el Señor nos ha dado la clave para resistirla. Él dijo al profeta José Smith: “Ora siempre para que salgas triunfante; sí, para que venzas a Satanás  y te libres de las manos de los siervos de Satanás que apoyan su obra” (D. y C. 10:5). En nuestras oraciones  diarias debemos pedirle al Señor que nos fortalezca constantemente para resistir las tentaciones, en especial las que tienen que ver con la ley de castidad.

4. Si están casados, eviten cualquier tipo de coqueteo. En ocasiones escuchamos que un hombre casado sale  a almorzar con su secretaria o con otras compañeras de trabajo. Algunas veces las mujeres y los hombres  casados coquetean con personas del sexo opuesto. Esos encuentros aparentemente inocentes se conciertan o hacen que la gente pase demasiado tiempo juntos. En todos los casos, las personas tratan de justificarse diciendo que son expresiones naturales de amistad; pero lo que a simple vista parece ser un coqueteo  inocente o una simple diversión con alguien del sexo opuesto puede muy fácilmente conducir a una relación  seria y finalmente a la infidelidad. Una buena pregunta para hacernos es la siguiente: ¿Se sentiría feliz mi  cónyuge si supiera lo que estoy haciendo? ¿Se sentiría feliz una esposa al saber que su marido almuerza a  solas con su secretaria? ¿Se sentiría feliz un marido si viera a su mujer coquetear o atraer la atención de otro  hombre? Mis queridos hermanos y hermanas, eso es lo que quiso expresar Pablo cuando dijo: “Absteneos de  oda especie de mal” (1 Tesalonicenses 5:22).


5. Si están casados, eviten en lo posible estar a solas con personas del sexo opuesto. Muchas de las  tragedias de la inmoralidad comienzan cuando un hombre y una mujer están a solas en el lugar de trabajo, en  la Iglesia o al ir en un automóvil. Al principio quizás no exista la menor intención de pecar, ni de pensar en el  pecado, pero las circunstancias proporcionan un campo propicio para la tentación. Una cosa lleva a la otra y  muy pronto se puede producir la tragedia. Es mucho más fácil evitar ese tipo de circunstancias desde el  principio para que así la tentación no tenga oportunidad de fomentarse.

6. Los que estén solteros pero que estén saliendo con personas del sexo opuesto, planeen actividades  positivas y constructivas para que de esa forma no se queden sin nada más que hacer que demostrarse afecto  físico. Nuevamente, éste es el principio de llenar nuestra vida con lo positivo para que lo negativo no  tenga oportunidad de prosperar. Cuando los jóvenes se quedan a solas por largo tiempo sin haber planeado  actividades específicas, a menudo comienzan a acariciarse y a besuquearse para pasar el tiempo.

LOS CINCO PASOS PARA REPARAR Y ARREPENTIRSE
Pero me doy cuenta de que hay algunos, aun al alcance de mi voz, para quienes este consejo de preparar y  prevenir ha llegado demasiado tarde. Es posible que ya estén involucrados en un grave pecado. Si es así,  ahora no tienen más remedio que reparar su vida y arrepentirse de sus pecados. A ustedes les sugiero cinco  cosas importantes que podrían hacer para regresar a un estado de pureza moral.

1. Aléjense inmediatamente de cualquier situación que sea la causante de sus pecados o que pueda ser la  causa de que lleguen a cometerlos. Cuando José de Egipto fue atrapado por la esposa de Potifar a solas en  su casa, hubiera sido fácil para José buscar una excusa para disculparse; después de todo, él no la había  alentado; después de todo, él era su siervo; después de todo, la lastimaría emocionalmente si la rechazaba. Si  osé se hubiera quedado allí y hubiera comenzado a buscar una excusa racional, hubiera caído fácilmente.  En la forma en que reaccionó se encuentra una gran lección. Las Escrituras dicen: “…él dejó su ropa en las  manos de ella, y huyó y salió” (Génesis 39:12; cursiva agregada). Él huyó y salió. Mis queridos hermanos y  hermanas, si en este momento se encuentran en una situación en que su pureza moral esté o podría estar en  peligro, sigan el ejemplo de José: huyan y salgan. No pueden permanecer en el pecado y esperar tener éxito  en el arrepentimiento.

2. Rueguen al Señor que les dé el poder para vencer. Una de las estrategias más eficaces que Satanás utiliza con aquellos a los que ha atrapado en el pecado es la de susurrarles en el oído que no son dignos de orar. Él  les dirá que nuestro Padre Celestial se encuentra tan disgustado con ustedes que no desea escuchar sus oraciones. Eso es mentira; él lo dice para engañarnos. El poder del pecado es grande. Si hemos de librarnos  de él, especialmente de los pecados graves, tendremos que tener un poder más grande que el propio. Nadie  está más dispuesto a ayudarles a huir del pecado que nuestro Padre Celestial. Acérquense a Él; reconozcan  su pecado; confiesen su vergüenza y su culpa y después ruéguenle que les ayude. Él tiene el poder de  ayudarlos a triunfar.

3. Permitan que los líderes del sacerdocio les ayuden a resolver las transgresiones y a volver a estar en  comunión con el Señor. Algunos pecados son tan graves que ponen en peligro nuestra posición en la Iglesia.  Los pecados sexuales se encuentran entre los de esa gravedad (véase D. y C. 42:24). El pleno  arrepentimiento de esos pecados requiere que no  solamente confesemos nuestros pecados y los resolvamos con el Señor, sino que también lo hagamos con la Iglesia. Eso se hace por medio de los líderes apropiados  del sacerdocio. Los obispos y los presidentes de estaca han sido llamados por revelación para prestar  servicio como vigilantes y jueces en Israel. En tanto que sólo el Señor puede perdonar los pecados, los  líderes del sacerdocio tienen una función vital en el proceso del arrepentimiento. Aun cuando se nos  suspendan nuestros derechos de miembro o se nos excomulgue, ése es el primer paso en el proceso del  arrepentimiento y cuanto más pronto comience, más pronto encontraremos la dulce paz y el regocijo que se  recibe mediante el milagro del perdón.

4. Beban de la fuente divina y llenen su vida con los beneficiosos manantiales de la fortaleza o poder  espiritual. No es suficiente tratar sencillamente de resistir la maldad o de quitar el pecado de nuestra vida;  tenemos que llenarla con rectitud; debemos participar en actividades que nos brinden poder espiritual. Me  refiero a las actividades tales como el sumergirnos en el estudio de las Escrituras. Cuando leemos y  estudiamos las Escrituras diariamente, recibimos en nuestra vida un poder que no se encuentra de ninguna  otra forma. La oración diaria es otra fuente de gran poder. El ayunar para recibir fortaleza o bendiciones  especiales puede fortalecernos más allá de nuestra capacidad normal. El servicio cristiano, la asistencia a la  Iglesia, el servicio en el reino: todo ello se  acumula en nuestro depósito de fortaleza y poder.  Debemos   hacer más que simplemente quitar las malas influencias de nuestra vida; debemos reemplazarlas con actividades rectas y llenarnos de la fortaleza y la determinación necesaria para vivir como debemos.

5. Recuerden que por medio del arrepentimiento apropiado pueden volver a ser puros nuevamente. Moroni  enseñó que “…la desesperación viene por causa de la iniquidad” (Moroni 10:22). Quienes se hallen  atrapados en la inmoralidad tal vez estén experimentando los devastadores efectos de la desesperación; pero  hay una alternativa. Para los que paguen el precio que requiere un verdadero arrepentimiento, la promesa es  segura: pueden ser puros nuevamente; la desesperación se puede quitar; la dulce paz del perdón llenará su  vida.

EL ENCONTRAR LA DICHA
Las palabras del Señor por medio de Isaías son infalibles: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el  carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18). Y en esta dispensación, el Señor habló con igual  claridad cuando dijo: “He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los  recuerdo más” (D. y C. 58:42). Como lo dije anteriormente, cuando se trata de la ley de castidad, es mejor  prepararse y prevenir que tener que reparar y arrepentirse. Mis queridos hermanos y hermanas en el Evangelio, lo único que desea nuestro Padre Celestial es que seamos felices. Él sólo nos dice aquello que nos  brindará la dicha; y uno de los principios más seguros que Dios nos ha dado para lograrla es la ley de  castidad. De todo corazón ruego que de la manera más solemne consideren las dichosas consecuencias que  se obtienen al guardar esta ley y las consecuencias trágicas que resultan al quebrantarla. Y lo hago en el  nombre de nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

La Palabra de Sabiduria: De Principio a Mandamiento

Hace años que tenia la duda de como habia pasado la palabra de sabiduria de “Salutacion” a Mandamiento. La historia comun era que al principio era una recomendacion, pero que Brigham Young pidio a los santos que se sostuviese como mandamiento en 1852. Lo anterior no me calzaba por que tambien tenia declaraciones posteriores de Brigham hablando de los beneficios del te y el cafe, y el mismo tenia su propia tienda donde vendia ademas alcohol y tabaco e inclusive estuvo en planes de tener su propio viñedo para venderle a los chinos. Por otro lado, investigando por otros lados, me habia dado cuenta de que efectivamente varios apostoles y lideres se tomaban “su copita” de vez en cuando hasta que al final me di cuenta que el Presidente que realmente transformo la palabra de Sabiduria en Mandamiento habia sido Heber J. Grant en los años 30, en algo que yo asumi como en contra de la Ilegalidad de consumir alcohol en tiempos de la prohibicion y ley seca en estados unidos.
Asi que con esa duda, hace un tiempo me tope con un articulo academico que analizaba el proceso de como la Palabra de Sabiduria habia pasado de Principio a Mandamiento durante el periodo de 1898 a 1930. El tema es interesante, pero, es un articulo “academico”, eso quiere decir laaaaargooooooo. Cuando iba en la mitad de la traduccion estaba aburrido como ostra, y aunque al final es interesante (y de hecho, nunca habia leido algo asi), lo termine solamente por que ya llevaba harto escrito.
El articulo describe de una forma muy documentada el proceso que llevo al cambio dentro de la Iglesia, el cual no fue solamente influido por consideraciones doctrinales, sino que tambien por el ambiente que se vivia en los estados unidos. Tambien ofrece la respuesta a la vieja leyenda de la coca cola, y un par de curiosidades mas como la casi inclusion en contra de comer carne entre los santos en la palabra como la conocemos actualmente. Si quieren aprender algo interesante pero quizas demasiado documentado, pueden ir a leer mas y leer la traduccion de este articulo aparecido en 1981 en la revista “Dialogo”.
Para quienes no la conozcan, la revista Dialogo: Un diario del pensamiento mormon, es una de las publicaciones mas prestigiosas en el universo santo de los ultimos dias. Sus articulos son de reconocidos academicos, estudiosos y eruditos sud, desde un punto de vista cultural, social e historico. Todos los numeros se encuentran disponibles en la Biblioteca Marriot de la Universidad de Utah para ser vistos online y verdaderamente constituyen una fuente de referencia valiosisima para estudiantes con muchisimo tiempo libre.
El autor del “paper” es Thomas G. Alexander, respetado historiador y ex academico de BYU y actual misionero (con su esposa) en Alemania, el cual escribio este articulo en colaboracion con el departamento de Historia de la Iglesia. Yo actue solo como curioso traductor y por lo tanto, esta traduccion puede contener errores, aunque por lo general, no esta tan malo.
Que lo disfruten.

THE WORD OF WISDOM: FROM PRINCIPLE TO REQUIREMENT
Thomas G. Alexander

Thomas G. Alexander is professor of history and director of the Charles Redd Center for Western Studies at Brigham Young University. The author thanks the Historical Department of the Church for a fellowship which helped support the research for this article.
El estatus de la Palabra de Sabiduría en el cambio de siglo XIX al XX es evidente a partir de fuentes contemporáneas. En una reunión celebrada el 5 mayo de 1898, la Primera Presidencia y los Doce discutieron la Palabra de Sabiduría. Un miembro leyo en el duodécimo volumen del Diario de Discursos (Journal of Discourses, es decir, los registros de las conferencias generales) una declaración de Brigham Young, que parecía apoyar la idea de que la Palabra de Sabiduría era un mandamiento de Dios. Lorenzo Snow, entonces Presidente del Consejo de los Doce, estuvo de acuerdo señalando que él creía que la Palabra de Sabiduría es un mandamiento y que deben llevarse a cabo al pie de la letra. Al hacerlo, dijo, los miembros deben ser enseñados a que se abstengan de comer carne, salvo en situación de necesidad, ya que Joseph Smith había enseñado que los animales tenian espiritus. Wilford Woodruff, entonces Presidente de la Iglesia, dijo que el guardaba la Palabra de Sabiduría como un mandamiento y que todos los miembros deberian seguirla, pero por el momento, no se deberían adoptar medidas definitivas, salvo que los miembros seberian ser enseñados a que se abstengan de carne. El acta de la reunión dice que “el Presidente Woodruff dijo que considera que la Palabra de Sabiduría en su totalidad fue dada por el Señor para que los santos de los ultimos dias la observen, pero no cree que los obispos deben quitar/no entregar las recomendaciones del templo a las personas que no se adhieran estrictamente a ella. “1
Aunque es evidente que algunos líderes de la iglesia, como Heber J. Grant y Joseph F. Smith, insitian en una completa abstinencia de té, café, bebidas alcohólicas y el tabaco, no todas las autoridades General se encontraban de acuerdo sobre todos los aspectos de la Palabra de Sabiduría. Durante un debate en 1900 después de que él se convirtió en Presidente de la Iglesia, Lorenzo Snow subrayó de nuevo la centralidad de no comer carne, una cuestión rara vez fue tomada como importante por otros, y en 1901, John Henry Smith y Brigham Young, Jr, de los Doce, pensaban que la Iglesia no deberia tomar accion contra la cerveza, o por lo menos con la cerveza danesa (nota del traductor: no tengo idea que tiene de especial esa cerveza). Los demás apóstoles, al igual que Anthon H. Lund y Matthias F. Cowley también disfrutaban la cerveza danesa y el vino de grosella (nota del traductor: que es eso?). Charles W. Penrose de vez en cuando se servia vino. Emmeline B. Wells, una miembro de la Presidencia y más tarde presidenta de la Sociedad de Socorro, bebia ocacionalmente tazas de café, y George Albert Smith (futuro profeta) tomaba brandy por recomendaciones medicas. El Apóstol George Teasdale, aun cuando estaba de acuerdo con el Presidente Woodruff, pensaba que no se deberia impedir a una persona de trabajar en la Escuela Dominical por beber te y que el comer carne de cerdo era una violacion mas grande que beber te o cafe.
La evidencia muestra un patrón difuso, tanto en la observancia como en la enseñanza de la Palabra de Sabiduría en el año 1900. Algunas General Autoridades predicaron bastante consistentemente contra el uso de té, café, bebidas alcohólicas o tabaco y, en ocasiones, contra el uso de la carne. Ninguno apoyo la embriaguez. Sin embargo, en la práctica, ellos y otros miembros de vez en cuando también bebían las bebidas que nuestra interpretación actual prohibiría. La observancia a la Palabra de Sabiduría se instó a título de consejo por el Presidente Snow y otros. Algunos apóstoles, como John Henry Smith, creian que la cuestión más importante era el del libre alvedrio y que aquellos que insistian en la estricta adhesión a la Palabra de Sabiduría estaban ignorando principios más serios. El Presidente Snow también se opuso a las sanciones contra el alcohol y se opuso cuando la Junta General de la YMMIA pidio que se pusiese fin a la venta de cerveza en Saltair (nota del traductor: Saltair fue un resort “mormon” construido en 1893 propiedad de la Iglesia y una compañia de california).3
El mas fuerte entre las Autoridades Generales en su oposición al uso de té, café, el alcohol y el tabaco fue Heber J. Grant el que se convertiría en uno de los líderes de la prohibición (la ley seca) estatal. El estuvo particularmente indignado con los miembros de la iglesia que sirvian alcohol y con algunos de los Doce que se opusieron a la prohibición de licor en Saltair. También le preocupaba la indiferencia que algunas de las Autoridades General habian mostrado a las inquietudes de los ministros protestantes quienes estaban preocupados acerca de la venta de alcohol en la cantina de Saltair.4
La muerte de Lorenzo Snow puso a Joseph F. Smith en la Presidencia. Los puntos de vista de Smith acerca de la Palabra de Sabiduría eran muy cercanos a los de Heber J. Grant, y fue durante su administración que el camino hacia nuestro actual interpretación de la Palabra de Sabiduría comienza. Dejando de lado el énfasis en la abstención de la carne, el instó en la necesidad de abstenerse de té, café, el alcohol y el tabaco. En 1902, el Presidente Smith revirtió la posicion del Presidente Snow y cerró la cantina de Saltair, una medida que el clero protestante aprobo de corazon. A raíz de esta iniciativa, en junio de 1902, la Primera Presidencia y los Doce acordaron no llamar [a autoridad general?] a nadie que operase o frecuentase cantinas. En el mismo año, Joseph F. Smith instó a los presidentes de estaca y otros a que se le negasen las recomendaciones del templo a los violadores flagrantes [de la palabra], pero observando ser algo mas liberal con los hombres de edad que utilizan el tabaco y señoras de edad que bebían té. Eso si, a borrachos habituales, se les negaria las recomendaciones.5
A mediados de 1905, los miembros de los Doce utilizaron activamente sus visitas a conferencias de estaca para promover la adhesión a la palabra. En septiembre de 1905, por ejemplo, George Albert Smith enseño a la Presidencia de estaca, sumo consejo y los obispos en Star Valley, Wyoming, a negarse “a tolerar hombres en posiciones de liderazgo que no siguesen la Palabra de Sabiduría”. George F. Richards prefería la técnica de entrevistas instando a dar cumplimiento del mandamiento en lugar de insistir con una falta de tolerancia. De acuerdo con el cambio de énfasis de la palabra de sabiduria, la Primera Presidencia y Doce decidieron sustituir vino por agua para los sacramento en el templo a las reuniones, al parecer a partir del 5 de julio de 1906.6
Después de 1906, un fuerte movimiento a favor de la prohibición se desarrollo en los Estados Unidos, centrada en los grupos evangélicos protestantes. En 1906, sólo Iowa, Kansas y Maine habian aprobado esta prohibición, pero en 1919, ya 26 estados, principalmente en el Medio Oeste, lejano oeste, sur y la parte superior de Nueva Inglaterra habian aprobado la reforma. Aunque las cada vez mayores pruebas científicas sobre los efectos nocivos del alcohol ayudó al movimiento, el transfondo moral antes que consideraciones científicas parecen haber sido su sustento mayor. El período comprendido entre 1911 y 1916 representó el apogeo del consumo de alcohol post guerra civil en los Estados Unidos y el temor a la decadencia moral, hogares rotos y la pérdida de fortunas alimento al movimiento por la prohibición.7
Como se indicó anteriormente, los Santos de los Ultimos Dias ya estaban trabajando internamente antes de 1906 para oponerse al consumo de bebidas alcohólicas y para limitar el té, el café y el tabaco entre los miembros. La interpretación dada en el siglo XIX los los líderes acerca de la Palabra de la Sabiduría y la entonces aceptada opinión de que Brigham Young había declarado esta como un mandamiento proveyeron en parte la base de este énfasis en la Iglesia
Otro importante motivo para aquellos en todos los lados de la cuestión también parece haber sido el deseo de [obtener] aceptación. La oposición más fuerte contra los cargos en el congreso de BH Roberts y Reed Smoot (apostoles que eran senadores) había llegado de los grupos evangélicos protestantes, y algunos lideres, como Elder Grant, eran particularmente sensibles a este tema. Además entre miembros de la iglesia, democratas y republicanos, habia un amplio apoyo para las leyes secas para el estado y más tarde para todo el pais. Mormones de estos partidos estaban en busca de apoyo por otros miembros de la iglesia que cada vez presionaban mas para votar por los republicanos en apoyo de Reed Smoot y para buscar el apoyo nacional por los protestantes los cuales tanto tiempo se habían opuesto a la Iglesia. Sin embargo, entre los republicanos que estaban en el gobierno la situación era muy diferente. En general estos estaban en control de la legislatura, el cargo de gobernador y los puestos en el Congreso y el Senado hasta 1916, los partidarios de Smoot se mostraban reacios a arriesgar su posición mayoritaria al meterse con los miembros de la comunidad empresarial que simpatizan con el comercio de alcohol o mediante la creación de un clima favorable para los partidos politicos anti-Mormónes.8
La organización de la prohibición dentro del estado de Utah comenzó en diciembre de 1907 cuando el reverendo George W. Young de Louisville, Kentucky, asistente del superintendente general de la Liga anti cantinas de América, llegó a Utah. A lo largo de principios de 1908, la Liga organizó tres departamentos -propaganda, legislación y la aplicación de la ley- en Utah, y Heber J. Grant, que tuvo una pronto interés en el movimiento, se convirtió en un representante y un funcionario de la organización en Utah. A fines de otoño y principios del invierno de 1908, el Reverendo Dr Louis S. Fuller, superintendente de la Liga de Utah y Idaho, se reunio en diversas ocasiones con miembros de la Primera Presidencia y los Doce y con Elder Grant. Ellos estuvieron de acuerdo con apoyar una opcion de proyecto de ley para el año 1909 en Utah.
Inicialmente, la prohibición fue ampliamente apoyada por la Iglesia. Edward H. Anderson expresó su sorpresa en una editoral de Enero de 1908 de que Utah siguese siendo uno de los estados completamente “húmedo” (a diferencia de los estados con “ley seca”). A su juicio, “los santos de los últimos días unidamente y con entusiamo deberan sumarse a lograr… el completo exterminio [del tráfico de alcohol]“. Un número de los Doce, reunidos con los miembros de una organización llamado “El comite de mejoramiento de Salt Lake City” , se comprometieron a apoyar la resolucion en la conferencia general de octubre de 1907, haciendo todo cuanto esté en su poder para detener el tráfico de alcohol. Como Anthon H. Lund, segundo consejero en la Primera Presidencia dijo, “esto significa prohibición”. En el templo, en una reunion rápida el 5 de enero de 1908, Richard W. Young, presidente de la estaca Ensign, y Joseph F. Smith respaldaron la Prohibicion.10
Sin embargo algunas personas sostuvieron la idea de que los líderes de la Iglesia no deberian respaldar la prohibición, sino que debe apoyar las opciónes locales (libre alvedrio?) o incluso que deberian oponerse a una acción pública contra el licor. William Spry, John Henry Smith y una serie de líderes republicanos estában preocupados de que no sólo de que la prohibición fallase al no solo prohibir, sino que permitiese la confiscación de propiedades. Algunos, como Francis M. Lyman, instaron a dar cabida a la regeneración individual en lugar de prohibición, aunque más tarde el cambió de idea poniendose en favor de la prohibición.11
Tal vez la más importante presión contra la prohibición de provino de republicanos no miembros de la iglesia, en particular los hombres de negocios cuyos intereses incluian la fabricación o venta de licoress. Fred J. Keisel, por ejemplo, dijo que sería un error político el apoyar la prohibición estatal. Después de junio de 1908, el “Republicano Intermontañes”, la organizacion propiedad de la iglesia en apoyo de Reed Smoot, dejó de publicar artículos favorables a la prohibición, y el Partido Republicano quito apoyo al Gobernador John C. Cutler, en parte debido a su apoyo a la prohibición estatal, en favor de William Spry, quien nominalmente apoyaba la opcion de descision local (nota_del_traductor: al parecer, eso significaba que no fuese prohibido a nivel de estado sino que cada comunidad decisiese).12
En el momento en que los legisladores se reunieron en enero de 1909, el liderazgo de la iglesia se está moviendo en dos direcciones. Francis M. Lyman, por ahora convertido a la prohibición, llamo al Obispo John M. Whittaker para trabajar con el poder legislativo y con elder Grant, el Obispo Presidente Charles W. Nibley y otros a favor de que la prohibición. El Deseret News estuvo publicado artículos y entrevistas favor de la prohibición. Sin embargo, el Presidente Joseph F. Smith, Reed Smoot y otros más sensibles a los problemas políticos, no fueron tan directos en su apoyo. Reed Smoot creía que el movimiento por la prohibición perjudicaría a la Iglesia por dar pie a los comentarios acerca de la influencia de la iglesia influencia en política. John Henry Smith se oponia a la prohibición, pero considero las objeciones de Smoot un poco hipócrita porque el Apóstol-Senador “no tuvo objecion a la infuencia del sacerdocio cuando él quería ser elegido [senador]“. Finalmente, el congreso de utah se fueron en apoyo de un proyecto de prohibición presentado por los un republicano no miembro, George M. Cannon, en favor de una opción local, proyecto de ley patrocinado por el ayudante de Smoot Carl A. Badger. A pesar de que el proyecto de ley fue aprobado, William Spry utilizo su opcion de veto, para disgusto de muchos de los que le apoyaban. Finalmente en 1911, el poder legislativo revivió y aprobó la opción local y esta vez fue firmado por Spry.13
nota del traductor: William Spry fue el gobernador de Utah. Mormon, misionero y presidente de mision, el estuvo contra la prohibicion vetando dos veces contra ella hasta que finalmente fue aprobado.

La lucha por la prohibición entre 1911 y 1917 fue casi una repetición de la batalla por la opción local entre 1908 y 1911. Los lideres de la iglesia que eran republicanos estaban a favor de la prohibición en público, pero tenian una posicion distinta en privado. El temor a una reacción contra la Iglesia que podría dar pie para la creación de un nuevo partido anti-Mormón y el temor a enemistar a hombres de negocios no mormones en el Partido Republicano parecen haber sido sus principales motivos. En 1915, el gobernador Spry nuevamente vetó un amplio movimiento estatal de prohibición de ley. En 1916, la mayoría de los republicanos ya no podían apoyar a Spry asi que Nefi L. Morris, presidente de la estaca Salt Lake se lanzo a candidato a gobernador en 1912 como un declarado prohibicionista, recibiendo la nominación del Partido Republicano pero perdiendo finalmente la elección. Para esa época el movimiento local y nacional de apoyo a la prohibición se ha desarrollado hasta tal punto que prácticamente todos los líderes de la iglesia y una gran mayoría de todos los ciudadanos de Utah también apoyaban la prohibición. El recientemente elegido gobernador Democráta Simon Bamberger por medio de un congreso estatal dominado por este partido promulgo finalmente la prohibicion estatal en 1917.
En el ínterin, el énfasis en la Palabra de Sabiduría durante el tiempo de Joseph F. Smith continuo basicamente como habia quedado establecido en 1902. En una carta fechada el 28 de diciembre de 1915, el Presidente Smith dijo que los jóvenes “u hombres de mediana edad que hallan tenido experiencia en la Iglesia no debererian ser ordenadados al sacerdocio, ni recomendados a los privilegios de la Casa del Señor a menos que se abstengan del uso del tabaco y bebidas intoxicantes.” Dado que la prohibición habia legalmente proscrito el uso de alcohol, el énfasis en las revistas de la iglesia y discursos después de 1917 fue centrado en el tabaco, siendo los miembros instados a que diesen apoyo a grupos como la liga antitabaco de america, la YMCA o el Ejército de Salvación en sus esfuerzos por erradicar la uso de esta substancia.14
Sin embargo, luego del comienzo de la presidencia de de Heber J. Grant en 1918, el “consejo” de la iglesia se convirtió en menos flexible. En 1921, el liderazgo de la iglesia hizo la completa adhesión a la Palabra de Sabiduría un requisito para la admisión en el templo. Antes de esto los presidentes de estaca y obispos habian sido alentados a enseñar la palabra, pero se habian hecho excepciones. Al parecer, debido a este nuevo énfasis, en marzo de 1921, George F. Richards, como apóstol y presidente del Templo de Salt Lake, telefoneo a dos obispos de Salt Lake City acerca de dos miembros de la iglesia fumadores que habían llegado al templo y les dijo a los obispos que “trataran de limpiarlos antes que vuelvan a venir aquí de nuevo. “15
Entre 1921 y 1933, la adhesión a la Palabra de Sabiduría para ser miembro pleno en la Iglesia se hizo aún más explícito. El Manual General de Instrucciones 1928, hecho para guiar a los obispos y presidentes de estaca respecto a las políticas de la iglesia, dice: “Es importante que todos aquellos que deseen entrar en el templo para investiduras u otras ordenanzas deben ser alentados por el obispado de observar el principio del diezmo así como todos los demás principios del Evangelio”. En la siguente edición del Manual, publicado en 1933, dice que los miembros que deseen la recomendacion del templo “deben observar la ley del diezmo. El solicitante debe también observar todos los demás principios del Evangelio, debera mantener la Palabra de Sabiduría, no utilizar un lenguaje profano, no deberia unirse ni ser miembro de cualquier sociedad secreta con juramentos obligados y debe sostener sin reservas las autoridades generales y locales de la iglesia.” Además, tanto para las ediciones de 1928 y 1934 del Manual -algo que no aparecia en las ediciones anteriores- figura el “beber licor” y “produccion ilegal de alcohol” entre las “transgresiones que ordinariamente son como para justificar un consejo displinario por parte del obispo”. Para la la edición 1934 también añadio “embriaguez”. 16
Con Prohibición como un hecho consumado, el liderazgo de la iglesia tambien se movio durante la década de 1920 para incorporar el uso de tabaco bajo sanciones legales. Los miembros y lideres de la iglesia dieron un firme apoyo a un proyecto de ley presentado por el Senador Edward Southwick de la localidad de Lehi, Utah, para prohibir la venta de tabaco en el estado. El comite social de la Iglesia, los estudiantes de la Universidad Brigham Young y otros grupos religiosos presionaron para que el proyecto de ley fuese aprobado en 1921. Sin embargo, a principios de 1922, la desobediencia masiva a esta ley hizo que se tuviese que revisar en 1923. Esta vez se hizo para tener un acceso controlado del tabaco al estado y se le pusieron impuestos a favor del gobierno estatal.17
Mientras tanto, la Iglesia continuo su campaña contra el consumo de tabaco. Un artículo en la Improvement Era (revista de la Iglesia), de marzo de 1923, sostuvo que la gente que utilizaba tabaco se mostraban naturalmente a si mismo vinculados con personas malas profanadores, delincuentes, vagabundos y prostitutas. Otros artículos argumentaron que los hombres creian que las mujeres que fumaban se transformaban en poco atractivas. En 1923, el MIA (No se que es) aprobado el tema anti-tabaco como su tema anual. Tambien utilizaron los estudios científicos para probar su punto, incluyendo las referencias al envenenamiento por nicotina y el daño del humo a las membranas mucosas y los pulmones.18
A finales de la década de 1920 los líderes de la Iglesia urgieron por una alternativa de legislacion anti-tabaco, y en 1927, los Elderes Richard R. Lyman y Melvin J. Ballard (abuelo del actual apostol Ballard) preguntaron al abogado de la iglesia Franklin S. Richards para obtener información sobre la posibilidad de obtener leyes que impidieran la publicidad de cigarrillos por medio de carteles. Aunque Richards creia que la Corte Suprema declararia esa ley como inconstitucional, en 1929 se aprobó una legislatura de este tipo. La revista de la Sociedad de Socorro de mayo de 1929, dijo que esperaban que los tribunales defendieran esa ley y lamentó que la legislatura de Idaho no hubiese aprobado una ley similar. Sin embargo, en noviembre de 1929, el magistrado David W. Moffatt del tercer tribunal de distrito de Utah dictamino que la ley era inconstitucional.19
A pesar de este contratiempo legal, los líderes de la iglesia continuaron predicando y actuando contra el tabaco. En enero de 1930, Heber J. Grant advirtio a los obispos que los hombres jóvenes que utilizasen tabaco no serian llamados a la mision. Ruth May Fox, Presidenta de la YWMIA (YMCA para mujeres?), pidió a las jovencitas Mormonas que abstengan de fumar y beber con el fin de “eliminar la tentación a nuestros maridos y hermanos”. En junio de 1930, en la conferencia del MIA, el Presidente Grant instó a todos los miembros a “estudiar y conocer las leyes que regulan el tabaco, bebidas alcohólicas y la seguridad.” Dijo que “los cigarrillos degeneran el cerebro en una forma incontrolable”. En particular, instó a que a las niñas no se permitiera fumar, porque, dijo, “que destruye el poder que Dios les ha dado para traer hijos e hijas en este mundo.” 20
Sin lugar a dudas el problema publico mas complicado fue el poner mas reglas estatales y nacionales de prohibicion contra aquellos que optaron por hacer caso omiso de la Palabra de Sabiduría. Por lo menos dos veces durante el decenio de 1920 la Primera Presidencia se metio directamente en campañas electorales para ayudar a derrotar a candidatos para Sheriff del condado de Salt Lake County por parecer que mostraban mas laxitud en la aplicación de la legislación, y apoyando para la eleccion de los que prometian tomar acciones mas vigorosas en la ley de prohibicion.21
Heber J. Grant fue claramente del lado del estricto cumplimiento y a fin de dar mas presión sobre la prohibición para su reforzamiento, a finales de los años veinte y principios del treinta asistio a los grupos de presion con recursos de la iglesia. El 5 de enero de 1928, Stephen L. Richards, Milton Bennion y Heber Chase Smith de los servicios sociales y del grupo de mejoramiento de Salt Lake tuvieron una reunion con el presidente Grant para ver el estado de la ley en Salt Lake City. Le dijeron el crimen organizada estaba protegido por una parte de la fuerza de policía. El Presidente Grant escribio en su diario que había perdido considerable sueño debido al asunto. Bennion proporcionó información acerca de los que estaban rompiendo la ley para las editoriales de Deseret News con el presidente Grant dandole instrucciones a su hermano B.F. Grant, el cual era el director comercial del periodico, de que las noticias de deseret news debian adoptar una firme posición firme en favor del endurecimiento de la prohibición.22
Algunos miembros se sintieron perturbados con las acciones de las autoridades en la prestación de apoyo financiero para los esfuerzos de la Liga Anti Alcohol, pero el liderazgo de la iglesia continuo con su ayuda. En agosto de 1931, la Primera Presidencia, la Escuela Dominical, la Sociedad de Socorro y la MIA (MIA… Me parece que es la AMM, Mutual Improvement Asociation) estuvieron de acuerdo con apoyar los esfuerzos de la Liga. El Presidente Grant consideró, sin embargo, que no podían continuar “perpetuamente utilizando fondos de la Iglesia en algo que debería ser realizada por el Gobierno.” 23
A pesar de que las autoridades de la iglesia continuaron luchando para mantener el estado como “seco”, Utah se convirtió en el trigésimo sexto estado en votar a favor de derogación de la Enmienda 18 y, por tanto, para sellar el final de prohibición. Los líderes de la iglesia no fueron uniformes en su evaluación de este experimento. Heber J. Grant estuvo muy molesto con los Utanianos que no había seguido su consejo de mantener la prohibición. Joseph Fielding Smith dijo que “no obstante todos sus abusos y corrupción,” la Prohibición había “sido una bendición para la sociedad y sería una calamidad de graves proporciones el derogar o modificarla.” El apostol B.H. Roberts estaba a favor de la derogación, y Anthony W. Ivins, primer consejero en la Primera Presidencia, puso en tela de juicio la utilidad de esta medida. Señaló que su ejecución había costado más de 500 millones de dólares en 1931, con el que, a su juicio, el país podría haber construido 150.000 kilómetros de carreteras pavimentadas, o dotado a 500 colegios de un millón de dólares cada uno.24
Además del Alcohol, tabaco, té y café, algunos miembros de la Iglesia instaron a que las prohibiciones de la Palabra de Sabiduría debería serian ser más amplias. En marzo de 1917, Frederick J. Pack de la Universidad de Utah publicó un artículo en Improvement Era para hacer frente a la pregunta: “Deberian los Santos de los Ultimos Dias beber Coca-Cola?”. Su respuesta fue negativa. Su argumento no fue de que la Palabra de Sabiduría prohibidas tales bebidas, sino que tales bebidas contenía las mismas drogas que el té y el cafe.25
De todos modos, los miembros de la iglesia no vieron una gran relacion entre los estimulantes y aditivos por un lado y la palabra de sabiduria por otro, por un lado, y la Palabra de Sabiduría, por el otro. El 15 de octubre de 1924, representantes de la Coca-Cola visitaron al Presidente Grant a quejarse de que no Mormón, el Dr. T.B. Beatty, Director de Salud del Estado de Utah, estaba utilizando a la organizacion de la Iglesia para ayudarse en un ataque contra Coca-Cola. Se pidió al Presidente Grant detener esto, pero él se negó en un primer momento, diciendo que él mismo había aconsejado a los mormones a no beber la bebida. Beatty, sin embargo, habia afirmando que habia cuatro o cinco veces más cafeína en la Coca Cola que en el café, cuando en realidad, como los representantes mostraron, había aproximadamente 1,7 gramos en una taza de café y 0.43 gramos en una Coca, es decir, como mucho un cuarto de la cafeina de una taza de cafe. Después de una segunda reunión, el Presidente Grant dijo que el “por seguro no tenia el menor deseo de recomendar a que la gente que deje de tomar Coca-Cola solo si esta cantidad fuese absolutamente inofensiva, como ellos dicen que es.” Sin embargo, Beatty, continuo insistiendo en contra de recomendar su uso por los niños. El tema quedo sin resolver y la evidencia indica que aun cuando la Primera Presidencia no ha adoptado ninguna posición oficial sobre el uso de bebidas cola, algunos de sus miembros instaron a su abstinencia.26
Aun mas, algunos científicos y profesionales de la salud alimentaria insistieron en que la Palabra de Sabiduría incluia mucho más de lo que el liderazgo de la iglesia apoyaba en general. Por ejemplo, en 1930, John A. Widtsoe (apostol) publicó un folleto titulada “La Palabra de Sabiduría” que hablaba en contra del uso de harina refinada y alimentos y “todas las bebidas que contienen sustancias que son estimulantes artificales.” El 23 de noviembre de 1930, James W. Fitches y Don C. Wood llamaron al Presidente Grant y le pidieron permiso para utilizar el folleto de Widtsoe e invitaron a la Primera Presidencia a invertir en su compañia de alimentos saludables “Camino Natural”. Elder Grant se negó, diciendo que en muchos puntos de la posicion de Elder Widtsoe y su folleto “podrían ser criticados debido a que las enseñanzas reales en la Palabra de Sabiduría, difícilmente justificaban las conclusiones extraídas [por Widtsoe].”27
En este último caso, parece probable que las pruebas científicas sobre los efectos nocivos de ciertos tipos de alimentos y aditivos desempeñan un papel influyente en el intento de ampliar la cobertura de la Palabra de Sabiduría. Por la misma razón, las pruebas científicas similares también parecen haber desempeñado un papel importante en el desarrollo de la insistencia de que los miembros se abstuviesen del té, café, el tabaco y el alcohol. ¿Qué papel desempeño la revelación en este asunto? Es evidente que la sección 89 de Doctrina y Convenios fue dada como una revelación a José Smith. Las advertencias para que los miembros de la Iglesia se adhierieran a la Palabra de Sabiduría, sin duda, también fueron dadas en virtud de inspiración. Sin embargo, no hay evidencia contemporánea pruebas que yo (el autor) conozca de una nueva revelación que halla cambiado la Palabra de Sabiduría de un “principio con promesa” a “un mandamiento” necesario para la plena participación en todas las bendiciones que poseen los miembros de la iglesia. Un autor en la materia ha sostenido que el voto de 1880 para el sostenimiento de Doctrina y Convenios como libro de aceptacion obligatoria para los miembros de la iglesia fue equivalente a una votación de la Palabra de Sabiduría como un mandamiento. Sin embargo, ya que la votacion que hicieron los miembros fue sobre las palabras contenidas en el libro, lo que hicieron fue estar de acuerdo en que la Palabra de Sabiduría es “un principio con promesa” y no un mandamiento.28
Es evidente que los Doce y la Primera Presidencia por medio de la oración llegaron a la conclusión de que la Palabra de Sabiduría debería ser un mandamiento obligatorio para los miembros de la iglesia. Sin embargo, el principal problema en la interpretación de la influencia de la revelación en estas deliberaciones es la ausencia de referencias a revelaciones espirituales o incluso la confirmación de posiciones específicas en las agendas de aquellos que participaron en las reuniones. Las únicas referencias son las declaraciones o reminiscencias de las otras declaraciones formuladas por anteriores autoridades de la iglesia. Es mucho más fácil, por lo tanto, encontrar referencias a declaraciones anteriores que ver la presencia de nuevas y específicas revelaciones. La inclusión del café y el té y la exclusión de chocolate, por ejemplo, de entre las sustancias prohibidas puede ser probablemente atribuido a las declaraciones de Jose y Hyrum Smith y de Brigham Young en lugar de revelaciones especificas.29
Otras influencias son mucho más fáciles de documentar. El diario del Presidente Grant revela la fuerte influencia del sentimiento Protestante Evangélico en sus actitudes hacia el alcohol y el tabaco. Estas actitudes habian comenzado a desarrollarse en las iglesias evangélicas y de ciertos sectores de la comunidad de negocios tan pronto como en la década de 1830. El movimiento nacional de la sobriedad de la década de 1830 y la prohibición misma del alcohol de principios del XX estan enlazadas a actitudes evangelicas (antes que mormonas).30
La gente de Utah en general y mormones en particular, apoyaron bastante mas tarde adiciones el movimiento de la ley seca en comparacion a los primeros activistas. Su influencia en las actitudes de estos grupos es más fácil de ver cuando uno contrasta insistencia en la abstinencia de bebidas alcohólicas y del tabaco con la actitud tolerante hacia la ingestión de carne. El motivo de las actitudes políticas hacia la Palabra de Sabiduría son también son evidentes. Pocas de las autoridades generales parecen haberse opuesto a la utilización del Estado para hacer cumplir su código moral aun cuando algunos se opusieron a la utilización de sanciones legales al aplicar restricciones sanitarias como la vacunación tambien es cierto que Elder Grant creia en el uso del poder del Estado para regular temas como la calidad de la leche y de control de la tuberculosis. Él y muchos otros también apoyaron públicamente las sanciones contra el uso de alcohol y el tabaco. El motivo político de la actitud de Reed Smoot y Joseph F. Smith en el período anterior a 1916 son también evidentes. Ambos temian la division del Partido Republicano y el posible renacimiento de un nuevo partido anti-Mormón a partir de las cenizas del partido viejo Liberal (1870-1893) y Americano (1904-1911).
Sin embargo, en 1916, el sentimiento público estaba tan firmemente a favor de la prohibición que tales temores fueron secundarias a las creencias religiosas que insistian en la adhesión a la Palabra de Sabiduría. Entonces, ¿cómo hace uno para enteder todas estas influencias para entender lo que ocurrió durante el período considerado, y lo parte jugo la revelación?. Declaraciones públicas y privadas indican que los líderes de la Iglesia estaban preocupados por el orden moral de la comunidad en la cual ellos vivieron. En un intento de mejorar este orden, buscaron la orientación de las Escrituras, a partir de las declaraciones de los lideres anteriores y del Señor asimismo de lo que pensaban y discutian en sus reuniones. Además, movimientos políticos y sociales contemporáneos como el de la ley seca y el movimiento anti-tabaco parecieron ofrecer una ayuda en la solución de los problemas que ellos percibian. Por lo tanto, es una serie de fuerzas religiosas y seculares, en lugar de una única fuerza, fue la que condujo a la actual interpretación de la Palabra de Sabiduría.
Las decisiones hechas bajo la confluencia de estas fuerzas han tenido un importante efecto de largo alcance debido a que no hay ninguna cosa, con la posible excepción del uso de las prendas del templo, que sirva mas claramente para distinguir los santos de los últimos días de la comunidad en general que la observancia de la Palabra de Sabiduría. La comprensión de la forma en que la actual interpretación de la Palabra de Sabiduría se desarrollo es importante porque proporciona un estudio de caso sobre el método habitual de la revelación y, por ende, de la doctrina y las políticas desarrolladas en la Iglesia. La evidencia parece sugerir que el cambio ha llegado normalmente a través de un proceso de consideracion del tema por medio de la oración en tiempo de problemas en el contexto de la tradición (incluidas las declaraciones y escrituras anteriores), las condiciones inmediatas (incluidos los problemas políticos, sociales y económicos) y los cursos alternativos de acción. Otros ejemplos de patrones similares de revelación para los que tenemos buena documentación incluyen la decisión de ubicar en Utah, el actual Plan de Bienestar, e incluso las doctrinas de Dios y el Hombre.31
De este modo, el estudiante Santo de los Ultimos Dias de la doctrina y el desarrollo de las politicas en la iglesia podra tener un cuadro más detallado que si el concibe su estudio de una manera mas amplia que el estrecho contexto de enfocarse sólo en las Escrituras y en las declaraciones públicas de los líderes de la iglesia. Si un estudio de la interpretación de la Palabra de Sabiduría puede decirnos algo, es que dichos cambios no se producen en el vacío.